infraestructura social

En el panorama siempre cambiante del sector inmobiliario, un sector está ganando relevancia: la inversión en la infraestructura social. A medida que los inversores buscan rendimientos estables a largo plazo, la creciente demanda de activos de infraestructura social ofrece una oportunidad única. Este artículo explora por qué ahora es el momento perfecto para invertir en infraestructura social y cómo estas inversiones pueden proporcionar tanto rendimientos financieros como un impacto social significativo.

¿Qué es la infraestructura social?

Infraestructura social se refiere a los activos inmobiliarios que respaldan servicios esenciales en la sociedad, como instalaciones de salud, instituciones educativas, vivienda asequible, y servicios de justicia y emergencia. A diferencia de otros sectores inmobiliarios, la infraestructura social juega un papel crítico en el bienestar de las comunidades, lo que la convierte en una opción de inversión resistente y menos volátil.

¿Por qué invertir en infraestructura social ahora?

1. Resiliencia y estabilidad

La infraestructura social es inherentemente más estable que otros sectores inmobiliarios como el comercio minorista o la hospitalidad. La naturaleza esencial de estos activos asegura una demanda constante, incluso en tiempos de recesión económica. Esta resiliencia hace que la infraestructura social sea una elección de inversión sólida, especialmente en tiempos económicos inciertos.

2. Abordando necesidades sociales

La persistente brecha entre la demanda y la oferta de infraestructura social crea una significativa oportunidad de inversión. Los gobiernos de todo el mundo están luchando por satisfacer las necesidades de financiación para servicios esenciales, lo que abre la puerta a la inversión del sector privado. Al invertir en infraestructura social, los inversores pueden ayudar a cubrir necesidades sociales críticas mientras aseguran rendimientos a largo plazo.

3. Sostenibilidad e impacto ambiental

Las inversiones en infraestructura social ofrecen una oportunidad única para contribuir a los objetivos de sostenibilidad. A través de contratos de arrendamiento a largo plazo con operadores de servicios sociales, los inversores pueden implementar prácticas sostenibles que beneficien tanto a los inquilinos como a los propietarios. Este enfoque no solo aumenta el valor de la propiedad, sino que también se alinea con los esfuerzos globales para combatir el cambio climático.

El enfoque de inversión con impacto

Invertir en infraestructura social va más allá de los rendimientos financieros; se trata de crear un impacto tangible. El enfoque de inversión con impacto se centra en tres pilares clave:

  1. Intencionalidad: apuntar a resultados sociales o ambientales específicos, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
  2. Contribución: jugar un papel diferenciado en la consecución de estos resultados, ofreciendo más que solo capital.
  3. Medición: monitorear y reportar el impacto a través de insumos, resultados y efectos medibles.

Catalizadores del mercado actual

Las condiciones actuales del mercado presentan varios catalizadores que hacen que invertir en infraestructura social sea particularmente atractivo:

  • Aumento de las tasas de interés: Los mayores costos de endeudamiento han llevado a una disminución en la valoración de las propiedades, creando oportunidades para adquirir activos de alta calidad a precios reducidos.
  • Normas ambientales: Muchos edificios antiguos no cumplen con las normas ambientales actuales, lo que los expone al riesgo de obsolescencia. Invertir en estas propiedades permite a los inversores modernizarlas, aumentando tanto su valor como su impacto social.

Ejemplo real: vivienda asequible en Irlanda

Un ejemplo destacado del impacto de la inversión en infraestructura social es el desarrollo de 157 unidades de vivienda asequible en Dublín, Irlanda. Estas unidades, arrendadas a largo plazo al municipio, ofrecen alquileres más de un 80% por debajo del valor de mercado, proporcionando vivienda esencial a familias necesitadas mientras generan ingresos estables para los inversores.

Invertir en infraestructura social no es solo una decisión financiera; es un compromiso para construir un futuro mejor. Al enfocarse en activos que proporcionan servicios esenciales y promueven la sostenibilidad, los inversores pueden generar rendimientos financieros a nivel de mercado mientras abordan algunos de los desafíos más urgentes de la sociedad. Ahora es el momento de incorporar la infraestructura social como un componente clave de una cartera de inversiones resiliente y con enfoque en el impacto.

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