El continuo desarrollo de la tecnología fotovoltaica ha permitido en los últimos años mantener una tendencia constante en la reducción de costes, haciendo que la fotovoltaica sea la fuente de energía más competitiva, tanto entre las renovables como entre el resto de las fuentes de energía.
En 2019, se instalaron un total de 116,9 GW solares a nivel mundial, lo que supuso un crecimiento de casi el 13% con respecto al crecimiento de 103,7 GW del año anterior, marcando un récord para la industria solar. La potencia mundial de fotovoltaica instalada alcanzó 634 GW a finales de ese año.
En 2019, el sector fotovoltaico en la Unión Europea (UE) retomó la senda de crecimiento, doblando en ese ejercicio la capacidad instalada (16,7 GW) con respecto al 2018 (8,2 GW).
El principal impulsor de este crecimiento fue España, con 4,7 GW instalados. Por su parte, el mercado fotovoltaico europeo mantuvo una tendencia alcista que continuará durante los próximos años
Fuente: Solar Power Europe. Global Market Outlook 2019
La energía solar es la tercera fuente renovable en España, después de la eólica y la hidráulica.
El 2019 fue el mejor año de la historia del sector fotovoltaico en nuestro país. Y es que España tiene una gran ventaja competitiva con respecto a los países de su entorno: un mejor recurso solar y territorio para capturarlo.
En 2020, las expectativas que, en un principio eran de continuidad, con una amplia cartera de proyectos en desarrollo, se vieron gravemente afectadas por la crisis sanitaria del COVID-19 y, en menor medida, por los cambios regulatorios adoptados a mitad de año. Todo ello, ha provocado un importante parón en el sector, habiéndose aplazado y retrasado la ejecución de muchos proyectos que se espera acumular con los previstos para 2021 y 2022.
La fuerte demanda interna y una decidida apuesta por la fabricación nacional de componentes, sin embargo, servirá para consolidar un sector industrial fotovoltaico nacional cada vez más desarrollado. Además, este sector industrial se verá muy beneficiado en la medida que las empresas promotoras y constructoras españolas vayan capturando oportunidades en otros mercados, ejerciendo así un efecto de arrastre sobre los fabricantes nacionales hacia la exportación.
Joaquín Hidalgo
Managing Director